sábado, 9 de febrero de 2013

Más allá de un globo



Cuando era niña su padre le regaló un gran globo rojo. Ella solía sentarse en el patio de su casa mirándolo, su cabeza apuntando hacia el cielo, sus ojos soñadores.
Tenía ideas grandiosas, magníficas, ella solía pensar que cuando fuera mayor sería muy feliz al reconocer todos sus logros y, mirando a su globo mientras imaginaba una vida de ensueño, se convirtió en adolescente.

En casa, en el colegio y en la televisión todos le decían que la juventud era algo muy bonito, pues imaginabas que podías cambiar el mundo, que todo era posible pero que, tarde o temprano, la burbuja en la que vivías se explotaba.
Ella se negaba con decisión a que su globo rojo, ya un poco desinflado, explotara.
Seguía sentándose en el jardín de su casa y volvía a soñar, se salía del mundo en el que no le gustaba vivir para imaginar un futuro mejor, un futuro que había cambiado un poco desde que era tan solo una niña, pues sus prioridades no eran las mismas.

Sin siquiera darse cuenta, el tiempo seguía pasando. Nadie se acercaba a la chica rara que se sentaba en su jardín a mirar un globo. Se acostumbró a vivir en una realidad que no era la suya con la vista puesta en un llamativo símbolo, que le recordaba a lo que algún día sería.
El globo se hacía cada día más y más pequeño, su juventud había pasado desapercibida, pues creía que a esa edad no podría conseguir nada grandioso, para ella el mundo de los adultos era lo que había esperado toda su vida.
Un día, cuando la señora del globo rojo estaba sentada en su jardín observándolo, este explotó y ella se vio obligada a mirar a su alrededor, encontró una realidad muy distinta a la que había vivido durante tantos años.
Creyó que era demasiado tarde y todos sus grandiosos sueños se esfumaron junto a ese globo rojo.

Es muy fácil poner todas nuestras metas en un globo, ahí se ven mucho mejor. Sin embargo, cuando lo hacemos olvidamos la parte más importante del mundo de los sueños: trabajar para hacerlos realidad. Nunca es muy temprano o muy tarde para empezar.






María Dueñas

Twitter: Wegweiser__

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